domingo, 30 de septiembre de 2007

Domingo de siesta

No siempre resulta fácil contar lo que se siente. Son muchas las veces que me planteo que escribir en el blog. Me pregunto si le llega a alguien y si todo esto tiene algún sentido... me cuesta abrirme al mundo, hablar de mi, la familia y el entorno.. Hablar del mundo y lo que en el sucede puede que sea más fácil, pero no me apetece para nada convertir este espacio en uno de opinión.

Quisiera ser capaz de hacer magia.. tener una varita mágica con la que esparcir paz, sonrisas y felicidad por doquier... pero todo tiene su proceso y dentro de cada uno hay un universo por descubrir.

Si pienso en mi, me doy cuenta que siempre he sido algo rara. Quizá de pequeña podía con todo, nada me asustaba. Mi padre político me dijo una vez que yo no sabía que era el miedo. Supongo que por eso me he dado tantos golpes de cabeza.

La falta de miedo o la valentía desmesurada de la infancia se transformaron en alguien que andaba sin mirar hacia donde y por donde. Poco a poco me encerré en la soledad de este falso coraje mirando a la orilla pero nunca metiéndome en el mar. De vuelta a la cueva...
Aún hoy me siento más segura en ella, pero poco a poco me voy acercando a la orilla para al fin entrar en el agua y nadar hasta el infinito horizonte.

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