Hay momentos en los que uno desearía poder parar el tiempo...
La tierna inconsciencia de la infancia al abrigo del calor de una madre que con sus caricias risueñas te endulza la vida y te protege ante las futuras adversidades que el porvenir te depara.
Que entrañable me resulta la inocente felicidad de este momento, una instantánea que congela el tiempo y me mantiene cerca del recuerdo de esos días en los que la felicidad de un simple juego bastaba.
2 comentarios:
t'estimo reina dels conillets
jo també t'estimo molt.
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